TU PALABRA CUENTA
El mundo no es algo ajeno a nosotros.
Somos parte de él. Intervenimos directamente en lo que sucede.
Pertenecemos a un Todo global
donde todo está absolutamente relacionado.
¿Verdad que ya no suena tan insólito eso de que podemos,
realmente, actuar sobre los acontecimientos?
Nuestra actitud individual tiene un gran poder y
manifiesta repercusiones a todo aquello que nos rodea,
aunque este lejos....porque las distancias no existen.
Y esto implica responsabilidad por parte de cada uno.
Cada vez conocemos más la energía de los pensamientos
y hasta donde llega su fuerza, sin embargo
es importante también que sepamos que hacer
con las palabras y con nuestras formas cotidianas
de utilizarlas con y para los demás.
Las palabras injustas o mal intencionadas originan
efectos de incontables magnitudes,
poniendo en circulación causas y energías
que tarde o temprano se convertirán en hechos
Si somos conscientes de lo que emitimos utilizando
determinadas palabras, podemos hacer un alto en el camino
y preguntarnos: ¿Que consigo? ¿Me ayuda?
¿Como me siento cuando empleo esas palabras?
¿Me sirven para crecer?
La filosofía oriental conoce desde hace miles de años,
los efectos mágicos del sonido.
Y las palabras son nuestro propio sonido,
eficaces como punzones para crear…. O para destruir.
Una persona adulta puede llevar a cuestas miles de horas
de programación negativa y el material que forman
estas miles y digo miles de horas, está compuesto por palabras,
por frases escuchadas y almacenadas a lo largo de la vida-s.
Es fundamental que prestemos atención a nuestras palabras
para que no se conviertan en un instrumento de contusión,
habladurías, chismorreos y destrucción al los demás.
Evitemos hablar mal de otros, criticarlos
y utilizar los puntos de su vida privada para contaminar,
naturalmente con nuestra propia versión e interpretación de los hechos.
Criticar, juzgar, condenar, ser cotilla
y andar siempre con cuentos de un lado para otro,
manipulando información de los demás
es estar fecundando de forma constante
semillas monstruosas que se lanzan a los cuatro vientos
y que darán lugar a realidades deformadas y dañinas
con la consecuente nube de energía negativa a nuestro alrededor
y más… todavía más allá de nuestros alrededores….
RIEcordemos que se RIEcibe lo que se emite
y que el bumerán de lo lanzado siempre vuelve.
Una actividad saludable puede ser el proponernos
durante unos días NO OPINAR
sobre nada de lo que nos cuentan.
No enjuiciar, no condenar, no criticar.
Quizás nos sorprenda entonces que avalancha
de comentarios, valoraciones y conclusiones hay que detener.
Para mejorar la calidad humana, nuestra experiencia de vida y
nuestro diario vivir, es preferible lanzar al viento palabras que elevan
al Alma a su máxima expresion de Amor.
Es importante que no subestimemos el poder de las palabras.
Porque tu palabra es importante, tu palabra cuenta.
Somos parte de él. Intervenimos directamente en lo que sucede.
Pertenecemos a un Todo global
donde todo está absolutamente relacionado.
¿Verdad que ya no suena tan insólito eso de que podemos,
realmente, actuar sobre los acontecimientos?
Nuestra actitud individual tiene un gran poder y
manifiesta repercusiones a todo aquello que nos rodea,
aunque este lejos....porque las distancias no existen.
Y esto implica responsabilidad por parte de cada uno.
Cada vez conocemos más la energía de los pensamientos
y hasta donde llega su fuerza, sin embargo
es importante también que sepamos que hacer
con las palabras y con nuestras formas cotidianas
de utilizarlas con y para los demás.
Las palabras injustas o mal intencionadas originan
efectos de incontables magnitudes,
poniendo en circulación causas y energías
que tarde o temprano se convertirán en hechos
Si somos conscientes de lo que emitimos utilizando
determinadas palabras, podemos hacer un alto en el camino
y preguntarnos: ¿Que consigo? ¿Me ayuda?
¿Como me siento cuando empleo esas palabras?
¿Me sirven para crecer?
La filosofía oriental conoce desde hace miles de años,
los efectos mágicos del sonido.
Y las palabras son nuestro propio sonido,
eficaces como punzones para crear…. O para destruir.
Una persona adulta puede llevar a cuestas miles de horas
de programación negativa y el material que forman
estas miles y digo miles de horas, está compuesto por palabras,
por frases escuchadas y almacenadas a lo largo de la vida-s.
Es fundamental que prestemos atención a nuestras palabras
para que no se conviertan en un instrumento de contusión,
habladurías, chismorreos y destrucción al los demás.
Evitemos hablar mal de otros, criticarlos
y utilizar los puntos de su vida privada para contaminar,
naturalmente con nuestra propia versión e interpretación de los hechos.
Criticar, juzgar, condenar, ser cotilla
y andar siempre con cuentos de un lado para otro,
manipulando información de los demás
es estar fecundando de forma constante
semillas monstruosas que se lanzan a los cuatro vientos
y que darán lugar a realidades deformadas y dañinas
con la consecuente nube de energía negativa a nuestro alrededor
y más… todavía más allá de nuestros alrededores….
RIEcordemos que se RIEcibe lo que se emite
y que el bumerán de lo lanzado siempre vuelve.
Una actividad saludable puede ser el proponernos
durante unos días NO OPINAR
sobre nada de lo que nos cuentan.
No enjuiciar, no condenar, no criticar.
Quizás nos sorprenda entonces que avalancha
de comentarios, valoraciones y conclusiones hay que detener.
Para mejorar la calidad humana, nuestra experiencia de vida y
nuestro diario vivir, es preferible lanzar al viento palabras que elevan
al Alma a su máxima expresion de Amor.
Es importante que no subestimemos el poder de las palabras.
Porque tu palabra es importante, tu palabra cuenta.
© 2010
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